miércoles, 10 de febrero de 2016

POLÉMICA DE LOS RETRATOS EN VENEZUELA

Mi punto es que la inmensa propaganda de rostros, "ojitos" y firmas de Chávez por todo el país representa no sólo una transgresión inaceptable, sino además, tiene mucha vinculación con la terrible crisis económica que sufren los venezolanos. La Asamblea Nacional, ahora de mayoría opositora al chavismo, ha retirado del recinto del Palacio Federal que le sirve de sede la propaganda de culto a la personalidad al fallecido Hugo Chávez, a la imagen tridimensional de Simón Bolívar impuesta recientemente, y las del actual presidente del país, Nicolás Maduro.

Es transgresión inaceptable y es también responsable de la crisis económica por tres razones poderosas:

1. Se trata de un despilfarro inútil e irresponsable de los dineros públicos. No es poca la cantidad de dinero despilfarrado, si incluimos además de toda la gigantografía, franelas, gorras, materiales varios, el costoso tiempo que dedican los medios públicos a repetir a extremos tal imagen (13 canales de TV, 5 circuitos de radio, 700 emisoras comunitarias, 3 diarios de circulación nacional, etc.).

2. Se gasta inútilmente en contaminación visual que afecta el estado de ánimo social de la gente. Quien venga del extranjero o explore los portales Web oficiales se encontrará con los "ojitos" de Chávez por todas partes, entre muchas otras iconografía de la religiosidad chavista. Se trata de una imagen de Venezuela impuesta, que en nada representa su diversidad, que no representa a todos los venezolanos, y que han reemplazado los símbolos nacionales por el culto religioso a la personalidad y demás simbología chavista. Será difícil que ese visitante regrese o recomiende visitar al país uniformado de "ojitos" por todas partes, cual Corea del Norte. Esta intoxicación visual maltrata la autoestima nacional. Está demostrado que estado de ánimo social incide en la productividad. Equivale a la moral en los ejércitos, al ambiente adecuado en los lugares de trabajo. Un país forrado en "ojitos" de Chávez es un país deprimente y depresivo.
3. Imponer los "ojitos" y rostros de Chávez por todo el país es, también, una irritante transgresión contra la diversidad cultural de Venezuela. Es falso que Chávez esté "sembrado" en el corazón de todos los venezolanos. Eso quedó demostrado en la recientes elecciones parlamentarias, porque la campaña central del chavismo utilizó la imagen de Chávez, donde éste señalaba la tarjeta por cual votar. Y la mayoría de gente no votó por la que Chávez indicaba. Tomemos por ejemplo un centro electoral de Vargas, de nombre Hugo Chávez Vive, con sede en un edificio de la Misión Vivienda: de 400 votos, ¡¡¡la MUD obtuvo 300!!!
El asunto de los retratos no es una trivialidad, es parte de la espantosa crisis que sufre el país, y como tal debe incluirse en la agenda para enfrentarla.
Según una última encuesta, alrededor de un 80% del país apoya a la nueva AN. El resto del 20% de apoyo al gobierno chavista irá mermando cuando se revelen y difundan los muchos casos de corrupción que involucra a la "oligarquía chavista", y que investigaciones publicadas, como en el libro El gran saqueo, de Carlos Tablante, el monto del fraude directo por corrupción podría por encima de los 200 mil millones de dólares. Es allí donde hay que poner el énfasis.
Evadir el tema del culto a la personalidad a Chávez que nos han impuesto, por miedo a herir sentimientos del "pueblo chavista" y darle argumentos al gobierno para que continúe con un culto a todas luces ilega, es un gran error. Ese culto es parte del problema, es en lo que hay que insistir a fin de retornar al Estado laico como proclama la Constitución Nacional. Insistir también en mostrar al país que ese culto no es gratis ni barato, sino que despilfarra incalculables montos de los fondos públicos, además de alimentar las fabulosas fortunas súbitas personales de los dirigentes, que las conocerán los venezolanos, mientras hacen colas para conseguir algo qué comer.

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